viernes, marzo 18, 2011

El Corazón y la voz de Dios

Seguramente que alguna vez has escuchado la frase “voluntad de Dios”… ha sido llevada y traída para las más inverosímiles acciones. Fue voluntad de Dios que mataran a Jesús; fue voluntad de Dios que expulsarán a los cristianos de las Sinagogas judías; fue voluntad de Dios que arrasaran con los cátaros, que quemaran brujas o torturaran herejes; fue voluntad de Dios que reinara Isabel la Católica (aunque de paso la Beltraneja fuera asesinada)

Fue voluntad de Dios que Felipe hiciera la guerra a Isabel de Inglaterra; que Bush invadiera Irak; que aquella madre expulsara de su cada a su hijo, adolescente gay; voluntad de Dios que los sacerdotes romanos no se casen y que las mujeres no sean ordenadas. Voluntad de Dios que mi abuelo hiciera abortar a golpes a la abuela (porque él era la cruz que Dios le había mandado y no podía divorciarse); voluntad de Dios que uno haya sido expulsado de la Orden por ser gay o aquel otro por ser seropositivo. Voluntad de Dios que la religiosa se calle la boca y que el pastor no diga que la homosexualidad es algo natural.

Para el creyente medio, la voluntad de Dios es como un guión de teatro o de televisión que ya ha sido escrito de antemano. Ay de él si no atina a realizar el papel que Dios le ha determinado, porque no cumplir la voluntad de Dios es “pecado”.

“La voluntad de Dios” ha sido usada para justificar todo y de todo. Cada tradición ha usado esta frase para decir lo que quieren y para descalificar lo que no quieren.

En la Edad Media (y en las tradiciones religiosas más estructuradas) la voluntad de Dios es fácil de encontrar, basta que obedezcas a quien es tu superior, juque, líder, pastor o cura. Pero hoy… ¿Qué es la voluntad de Dios en caso de que algo así exista? ¿Cómo encontrarla? ¿En qué consistiría?

La voluntad de Dios NO es un guión, no es una imposición que nos llega de fuera para que la obedezcamos sin más. En este sentido NO EXISTE UNA VOLUNTAD DE DIOS para ti.

Dios nos ha creado por amor y para amar; para la plenitud de la vida en abundancia que da relacionarnos como hermanos y hermanas, hijas e hijos suyos. La voluntad de Dios, en este sentido, es que la humanidad sea PLENA, plenamente humana (que no todos somos humanos por el hecho de haber nacido, eh, que bastantes somos in humanos a pesar de pertenecer a esta especie) Que la humanidad sea feliz, pues.

Y entre tantos pareceres tan contrarios, porque seguro que uno te dirá que sí, otro te dirá que no; uno dirá que estás bien, otro que no lo estás, ¿cómo atinar con la voluntad de Dios PARA TI? Es decir ¿Cómo hallar los caminos concretos que la voluntad de Dios tiene para ti?

Decíamos en un mensaje pasado que Dios se ha encarnado en tu Corazón, así que ser fiel a tu propio Corazón es la única manera de encontrar y cumplir cabalmente la voluntad de Dios para ti, es decir, sólo escuchando tu Corazón podrás saber los caminos para realizarte plenamente como humano, para dar sentido a tu vida, para ser feliz.

Dios habla en lo profundo del corazón. No tiene otro modo. Deja de creer en apariciones, voces externas y libros sagrados, que todos ellos solo encuentran su sentido en la voz de Dios en tu Corazón. Si te quedas solo con esas cosas, por muy buenas que sean, corres el riesgo de ser de aquellos que en nombre de la Biblia, por ejemplo, acaban matando personas o apedreando mujeres.

La voluntad de Dios, es decir, el camino de tu realización plena como humano, está “inscrita” en el corazón del corazón. Ojo, inscrita no quiere decir ESCRITA. Lo escrito es inmutable, desde este punto de vista lo inscrito no es que sea inmutable y no es que haya sido puesto ahí arbitrariamente.

Es que tu forma de ser, de tu historia, de tu personalidad, de aquello que te hace único e irrepetible “inscribe” la voluntad de Dios para ti. Por ejemplo, si soy una persona introvertida, que gusta de la soledad y del silencio son esas características de MI PERSONA las que darán luces sobre el camino para mi realización. En ese sentido Dios – que te ha hecho con esas cualidades – inscribe en tu Corazón los caminos para tu mayor desarrollo.

No sé si estoy siendo claro con esto: tu personalidad (dada por Dios en tu historia y en tus genes) es la que dice si esto o aquello será camino de tu realización, por ello ese camino ya ha sido inscrito, sugerido, por Dios en tu Corazón, pero no de forma arbitraria, sino libérrima, ya que se construye a través de tu historia y tus relaciones; tus éxitos y “fracasos”; tu orientación sexual y tu estado civil.

Responder a esta, tu realidad única, es la voz y la voluntad de Dios inscrita en el “Corazón del corazón” Ya no valen de nada los mandamientos, las leyes y costumbres, los dogmas y las encíclicas… has de responder a Dios desde tu realidad, siendo RESPONSABLE de tu vida, de tus decisiones, de tu manera de vivir. Lo otro, amigo, es esclavitud, por muy santa que parezca.

Porque al final de tu vida, será lo que hay en el Corazón de tu corazón, y no la ley eclesiástica, lo que diga si viviste plenamente o no.

En el caso de los místicos… bueno, esa es otra historia.

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