II domingo de Cuaresma

Jesús nos llama a cada uno aparte como lo hizo con Pedro, Santiago y  Juan a un encuentro con él para mostrarte que es una luz intensa que ilumina tu vida ¿te dejas transformar (iluminar)por él? ¿Escucha en tu interior esa voz que te dice: "Éste es mi hijo amado, escúchenlo"?

Se ha cumplido el tiempo

Comenzamos la Cuaresma y la lectura de hoy nos resume el proceso que debemos de llevar como cristianos. Que es el hacer un alto en nuestra vida y abrirnos al impulso del Espíritu para ir al desierto, un encuentro con uno mismo y con la divinidad, tiempo en que habrá esos pequeños demonios, pero hay que ponerles atención, identificarlos, buscar su origen para librarnos de ellos, para ser nosotros mismos, sin jaretas, sin prejuicios, y que habrá esos ángeles que estarán con nosotres, que es la comunidad para alimentarnos de fe, esperanza y caridad, para que haya un cambio para ser mejor y comunicar a otres la buena nueva dando esa esperanza que el mundo necesita mucho en estos tiempos, por eso indica que ya es el tiempo, ya está cerca el Reino Dios, depende de nuestras actitudes, buscando la justicia y la paz.

Tomó su mano

Jesús nos muestra su misericordia y compasion a los marginados de su tiempo, los enfermos, los endemoniados, y los toma de la mano, no le importa que pueda quedar impuro, es mayor su misericordia a pesar de que ya es tarde a punto de anochecer, y cuando termina se da tiempo para la oración, para después ir a otros pueblos a anunciar la buena nueva. Y la invitación de hoy como cristianos es acoger a la otra, al otro, la oración, el servicio y seguir anunciando el Evangelio.