lunes, diciembre 12, 2005

Año 2005/religion 12-12-2005

El año en que los obispos se manifestaron contra el Gobierno

Los desencuentros entre la Conferencia Episcopal (CEE) y el Ejecutivo socialista han marcado las relaciones Iglesia-Estado durante 2005, fundamentalmente por la ley que permite el matrimonio homosexual y por la LOE, y han llevado a los obispos, en un gesto inusual, a manifestarse en la calle.

El fallecimiento de Juan Pablo II y la elección del cardenal Ratzinger como Benedicto XVI apenas fue un paréntesis en esta situación, que terminaría desembocando en las manifestaciones del 18 de junio (matrimonio gay), 12 de noviembre (LOE) y las tensiones entre el propio episcopado por 'las formas' y 'expresiones' utilizadas en algunos programas de la COPE, principalmente en relación con el proyecto de Estatuto para Cataluña.

La elección el 8 de marzo del obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, como nuevo presidente de la CEE, en sustitución de Antonio María Rouco, que no consiguió ser reelegido por tercera vez por un sólo voto, fue bien acogida en ámbitos progresistas de la Iglesia y por el propio Ejecutivo que consideraron que el diálogo se haría más fluido.

La 'sorpresa' del nombramiento de Blázquez, con una diferencia de sólo tres votos en relación con el arzobispo de Toledo y primado de España, Antonio Cañizares, que fue elegido vicepresidente, fue también interpretada en clave política por los medios de comunicación, que insistieron en la división en dos bloques -progresistas y conservadores- del episcopado español.

La posterior entrevista entre José Luis Rodríguez Zapatero y Ricardo Blázquez, de la que tanto Moncloa como la Conferencia Episcopal se mostraron muy satisfechos, dejó abierta la esperanza a un diálogo fluido para resolver los desacuerdos que, posteriormente, quedaría desmentida por los hechos.

En aquella reunión, de dos horas de duración y celebrada el 5 de abril -tres días después del fallecimiento de Wojtyla-, se hizo público un comunicado conjunto en el que se destacó el 'ambiente de cordialidad' de la reunión y la intención de abordar 'de inmediato' conversaciones a través de las correspondientes Comisiones Mixtas para estudiar los asuntos pendientes, fundamentalmente en materia educativa y de financiación.

La primera reunión del Gobierno con la Conferencia Episcopal Española se había celebrado el 27 de mayo de 2004, cuando el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, acompañado por la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico, fueron invitados a comer por el cardenal Rouco en su residencia.

Tras aquel encuentro, López Aguilar aseguró que 'no está en la agenda del Gobierno una renegociación directa' de los Acuerdos y apostó por su cumplimiento, si bien matizó que 'a lo largo de la Legislatura se pueden plantear incidencias que tengan que ver con el cumplimiento de los acuerdos en materia educativa y cultural y en materia económica financiera'.

La Santa Sede no ha estado tampoco al margen de la polémica entre Gobierno y CEE, hasta el punto de que el mismo Juan Pablo II durante la visita 'ad límina' de los obispos españoles a Roma en enero, denunció ante los prelados que en España se está difundiendo un laicismo y un indiferentismo religioso que está promoviendo un desprecio por la religión y está llevando a la restricción de la libertad religiosa.

El discurso del Papa hizo que el Ministerio de Asuntos Exteriores llamara a consulta al Nuncio en España, Manuel Monteiro, para expresarle 'la sorpresa' del Gobierno por las palabras de Juan Pablo II, que se consideraron una injerencia en la actuación del Ejecutivo.

Divorcio rápido, matrimonios homosexuales, investigación con embriones, Estado laico y aconfesional, desarrollo de los Acuerdos con las confesiones minoritarias y desarrollo estatutario autonómico han sido, fundamentalmente, las cuestiones criticadas, rechazadas o directamente condenadas por la jerarquía eclesiástica.

Tanto es así que la CEE no esperó al encuentro entre Rodríguez Zapatero y Blázquez para responder con contundencia -lo hizo dos días antes de la reunión- al anteproyecto de Ley Orgánica de la Educación (LOE), presentado por la ministra de Educación, María Jesús San Segundo.

'Algunos planteamientos del Anteproyecto, dijeron entonces los obispos, pudieran conducir a cercenar la libertad de enseñanza consagrada por la Constitución Española', y reiteraron que 'es necesario que la clase de Religión sea una asignatura con los derechos y deberes de cualquier otra asignatura fundamental'.

Tras la visita de Fernández de la Vega a la Secretaría de Estado del Vaticano dos días antes de la manifestación contra la LOE, que desembocaría en el inicio de conversaciones del Ejecutivo con los convocantes a la misma y con los defensores de la redacción del proyecto educativo, el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, volvió a expresar la necesidad de un espíritu de concordia.

En el discurso que abrió la Asamblea Plenaria de Obispos el 21 de noviembre, Blázquez mostró su confianza en que finalmente pueda alcanzarse un acuerdo 'razonable y duradero' en materia de enseñanza, a la vez que expresó la necesidad de volver a 'las actitudes de curación de heridas' de la transición.



Terra Actualidad - EFE

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