Su nombre es Yosé Höhne Sparborth (como quiera que se pronuncie) Es una holandesa de 58 años. Pertenece a la Congregación de la Providencia y ha dado varios años de su vida a trabajar con los más pobres en América Latina, antes de regresar a Europa a trabajar con niños y enfermos de SIDA.
La hermana consiguió un donativo económico y viajó a Chile para entregarlo a organizaciones de Derechos Gay para apoyar su trabajo. Leíste bien, una monja católica apoya a la Comunidad Gay aun en contra de la opinión oficial de la iglesia.
Yosé tiene una postura muy crítica respecto de esa postura oficial:
Muchos varones que pertenecen a la jerarquía de nuestra Iglesia Católica, incluyendo algunos obispos, no quieren a las minorías sexuales e incluso las ignoran, pero ése es un problema de ellos, no mío... No creo que la Biblia los condene o que sean mal vistos por Dios.
Para Yosé, los verdaderos problemas del mundo son otros; las cosas donde los obispos deberían poner la atención son otras; las realidades a las que Dios nos invita a responder de forma urgente son muy diferentes:
Más de la mitad de las mujeres del planeta sufre algún tipo de violencia intrafamiliar, millones de niños son violados o no tienen qué comer, pero muchos obispos católicos y de otras religiones no dicen nada de esas cosas, pese a que son los crímenes de la vida real.
Una mujer de Dios
Sin duda, Yosé es una mujer de una profunda espiritualidad, de una seria experiencia de Dios. Sólo una experiencia así pueden hacer que una mujer se entregue tan de lleno a la causa de Jesús, sin miedo, abierta a la realidad y en consonancia con los dolores de los seres humanos.
Detrás de la actitud de Yosé, late una constante de las personas místicas: se trata de una fidelidad definitiva al proyecto de amor y solidaridad que descubren en Dios, fidelidad que las lleva a gastar y desgastar su vida en por de ese proyecto.
Ahora bien, esa fidelidad se vuelve una feroz rebeldía contra todas las cosas que estorben o contradigan ese proyecto.
Cuando se tiene una experiencia de Dios, todo lo demás se vuelve relativo. Por eso las personas místicas son medio locas, son muy persistentes e increíblemente molestas: están tratando de realizar la voluntad de su Dios, voluntad que se les muestra como una urgencia de justicia y solidaridad para con los demás seres humanos e, incluso, para con el resto de las formas de vida.
Yosé viajo, habló, criticó y entregó el dinero a los gays de Chile como una forma muy concreta de hacer la voluntad de Dios, que no es otra cosa que la plenitud de los seres humanos.
Cuando entendemos a Dios de esta manera, cuando entendemos su voluntad de esa manera, cuando vivimos para cumplir esa voluntad... el mundo comienza a ser un lugar más humano.
Que el ejemplo valiente de Yosé nos anime a caminar las veredas de nuestra espiritualidad. La cosa urge.
José Álvaro Olvera I.
Comunidad Católica Vino Nuevo
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