No hay que apropiarse del Evangelio. Hay tantos hermanos, hermanos y hermanes que trabajan por las mismas luchas, que también han experimentado el amor y misericordia del Dios de Jesús desde otra trincheras y hay que ver más lo que nos une que nos separa y juntos a seguir curando a enfermos, de sus heridas que les han hecho las instituciones, ministros y sociedad y arrojar los demonios que son los prejuicios y todas las fobias.
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