martes, diciembre 14, 2010

En el día de san Juan de la Cruz

Pues nada, que en el día dedicado el sublime poeta Juan de la Cruz, he aquí una adaptación, mala por demás, de su "que bien se yo la fonte":

"Que bien sé yo ese amor que por mi tienes,
Aunque lo nieguen.

Es un amor eterno, apasionado
Por ese amor a mi te has entregado,
Aunque lo nieguen.

Y siento que me tienes de tu mano
Que todo un Dios de mi se ha enamorado,
Aunque lo nieguen.

Me fío a ciegas en tu amor divino
En Biblia y Tradición ya no confío,
Aunque lo nieguen.

Creo que me amas sin condiciones
Que no te fijas tú en orientaciones,
Aunque lo nieguen.

Tu ternura para mí es tan real
No muda porque sea homosexual,
Aunque lo nieguen.

Confío sólo en ti y en tu bondad
Que de tu amor nada me separará,
Aunque lo nieguen."

Y que Juan perdone el atrevimiento

lunes, diciembre 06, 2010

El león que no es león (dedicado al otro León que por ahí andará)

“El lobo habitará con el cordero y el leopardo se recostará junto al cabrito; el ternero y el cachorro de león pacerán juntos… el león comerá paja lo mismo que el buey.”

La primera lectura de este domingo es esperanzadora, nos hace poner los ojos en el mundo nuevo con el que Dios sueña y que aún no es realidad para todos, el mundo donde el lobo y el cordero habitarán juntos, donde el león comerá paja junto al buey. Si, es esperanzador saber que ese es el mundo que Dios sueña, aunque los seres humanos nos empeñemos en el “otro” mundo, donde las mujeres son asesinadas en Juárez, los homosexuales son exterminados para “limpiar” la sociedad y las bombas humanas estallan para mostrar la grandeza de un ídolo monstruoso al que algunos llaman “Dios”.

Una vez leí, no recuerdo dónde ni quién lo dijo (y has de perdonar, pero entre la edad y las secuelas de las drogas recreativas, pues la memoria ya no es la misma, jeje) que ese mundo no es tarea de Dios, que ya ha hecho lo suyo que es decirnos cómo vivir y cómo amarnos para que ese mundo sea realidad. El personaje en cuestión (Monseñor Romero, Gandhi… no me acuerdo) decía en su reflexión: “para que eso se haga realidad el león tiene que dejar de comer bueyes” Y sí, el cambio está en las manos del león.

El león, símbolo del opresor, del violento, del que no quiere la hermandad y “se alimenta” de la vida de los más indefensos (que de ellos es símbolo el buey) tiene que modificar su conducta, tiene que aceptar que devorar a otros no es el camino para un mundo mejor, por mucho que el león crea que así es, por mucho que se justifique con las más alambicadas justificaciones que, bien vistas, dejan clara su falsedad.

El león puede bien ser el rico que ejerce “dominio explotador” como decía el credo Nicaragüense (ojalá que no me falle la memoria con el país, pero Ernesto Cardenal me podrá corregir) basado en la “ética del mercado”, los valores tradicionales o la herencia de explotación recibida de su padre.

También puede ser el gobernante que en nombre de una moral de derechas condena y encarcela a las mujeres que han decidido abortar, sin darse cuenta que condenarlas y encarcelarlas es, de hecho, menos moral que el aborto.

Y puede ser el varón que se pasa la vida depredando cuerpos para su colección de conquistas sexuales: el jefe, el policía, el padre de familia, el sacerdote… sí, pero también el gay, que en ese tema hay bastante tela para cortar. Y no es que el sexo sea malo o degradante, el asunto es la depredación del otro o la otra, las trampas, las mentiras, el abuso.

El famoso león también puede ser, mejor dicho, el famoso león es también el cardenal, el obispo o el pastor (ponga usté el nombre que mejor le acomode) que en nombre de la doctrina oficial de la iglesia o de un texto bíblico depredan, persiguen y devoran a tantos homosexuales, expulsándolos de los seminarios, negándoles la entrada a los conventos, evidenciándolos ante sus comunidades de fe, negándoles el acceso a Dios sin darse cuenta que aquello de “Dios ama al pecador pero odia al pecado” o “yo lo acepto, pero la Biblia los condena” es como decirle a una mujer que la acepto como humano, pero la rechazo como mujer, ¡Jo!

Y de estos leones hay un montón, y no creas que sólo en la iglesia católica, sino muchos también en la iglesia protestante y en la evangélica [de hecho en la iglesia católica hay un poco menos si tenemos en cuenta que los anglicanos no sufren con la interpretación tradicional de la homosexualidad] Además de que son muchos, son bien peligrosos, pues pasean por los templos cubiertos con las pieles de las ovejas a las que han asesinado, dándoselas de muy morales, puros y santos, cuando habría que ver.

Sí, para que el mundo que Dios sueña sea realidad y no sólo un texto viejo, el león tiene que dejar de ser león y convertirse en hermano.

No se piense que nomás el león tiene una tarea, pues el buen buey (que chistoso suena eso) necesita dejar de tenerle miedo al león y decidirse a correr el riesgo de acercarse, cosa que tampoco es sencilla.

Una cuestión para terminar… ¿y qué con el león que llevo dentro? Ufff.

[y si por casualidad del destino el otro León lee esto, sepa que la Rata sigue al pie del árbol mágico que lleva a la Alhambra, el castillo del Rey de los Leones]


Álvaro

jueves, diciembre 02, 2010

Checa la lista

Encontré esto en la red, de autor anónimo y lo comparto:


1.- Soy homosexual desde siempre y nada puedo hacer para cambiarlo. Quien diga que puede es un mentiroso, un iluso, ignorante o quizá sus miedos lo hacen pensar que sí.

2.- Mi homosexualidad es mi orientación sexual y constituye un rasgo fundamental de mi personalidad, es la manera que tengo de entregar mi afecto y de ejercer mi sexualidad y tengo tanto derecho a mi sexualidad como tú a la tuya.

3.- Si a veces es deseado ser heterosexual o he actuado como si lo fuera es porque creí que era la única manera de sobrevivir en medio del prejuicio y del odio generales.

4.- El asco, desprecio, horror y desconfianza hacia los homosexuales se llama homofobia. Una fobia es una rechazo irracional y, por lo mismo, una perturbación mental.

5.- Soy una persona como tú y como cualquier otra, con mis defectos y mis virtudes.

6.- Habemos homosexuales de todos tipos, edades, razas, nacionalidades y clases. Aunque no lo creas, aproximadamente la quinta parte de la humanidad somos homosexuales.

7.- Si alguna vez has dicho que me quieres, demuéstramelo; ya era homosexual cuando me lo dijiste.

8.- No tienes derecho a exigirme ser como tú para que me consideres valioso o digno de afecto, eso se llama discriminación y es un delito.

9.- Si quieres que te respete, tú también tendrás que respetarme.

10.- Si realmente quieres seguir las enseñanzas de Dios, no confundas su mensaje con los miedos de aquellos que pretenden hablar en su nombre.

11.- Todo camino espiritual que valga la pena se basa en el amor, la compasión y la aceptación de las personas, no lo olvides.

12.- Si quieres entender mi homosexualidad ve con un sexólogo, no con un líder religioso que no es especialista en el tema.

13.- No soy una enfermedad ni un defecto: soy una persona.

14.- Antes de usar términos como “aberrante, desviado, anormal o depravado” consulta el diccionario.

15.- Si la preferencia sexual fuera contagiosa, todos seríamos heterosexuales porque ustedes son mayoría. Ni tú ni nadie se volverá homosexual por convivir conmigo como yo no me volví heterosexual por convivir contigo.

16.- Más del 80% de los que abusan de menores son heterosexuales. Estadísticamente los niños corren más peligro contigo que conmigo.

17.- No te pido que me toleres, exijo que me aceptes. La tolerancia es repudio disfrazado de buena voluntad.

18.- Mi vida es buena y valiosa y tengo que vivirla como quiero, a pesar de ti, justo como haces tú con tu propia vida.


***

¿Qué tal?