lunes, marzo 26, 2007

misas en latín, militares e iglesia... ¡¡¡ uff !!!

Estos días estoy verdaderamente patidifuso, pensando mil cosas sobre
lo que está pasando con la iglesia, MI iglesia.

Primero, leí el documento post sinodal sobre la eucaristía, en el
que el Papa, a nombre de los obispos sinodales reunidos, hablaba
sobre la eucaristía. Entre las cosas bellas que dice el documento
(que además es una exhortación apostólica, o sea que no se trata de
cualquier opinión vaticana) desliza un párrafo que fue el causante
de mi síncope cardíaco:

Para expresar mejor la unidad y universalidad de la Iglesia,
quisiera recomendar lo que ha sugerido el Sínodo de los Obispos, en
sintonía con las normas del Concilio Vaticano II: exceptuadas las
lecturas, la homilía y la oración de los fieles, sería bueno que
dichas celebraciones fueran en latín; también se podrían rezar en
latín las oraciones más conocidas de la tradición de la Iglesia y,
eventualmente, utilizar cantos gregorianos. Más en general, pido que
los futuros sacerdotes, desde el tiempo del seminario, se preparen
para comprender y celebrar la santa Misa en latín, además de
utilizar textos latinos y cantar en gregoriano; se procurará que los
mismos fieles conozcan las oraciones más comunes en latín y que
canten en gregoriano algunas partes de la liturgia. (Sacramentum
Caritatis, número 182 a 184)

Ay Señor, que nos están recomendando regresar unos 30 años en
liturgia y volver al latín. ¿Pero en qué iglesia pensará el Papa que
vivimos? Años de lucha teológica costó que la celebración fuera en
español y ahora… Y si consideramos que la mayoría de las personas en
la iglesia obedecen sin más los dictámenes del Papa [cuando menos en
liturgia, que en sexualidad hay que ver] pues ya, tenemos un apoyo
mayoritario al regreso al latín en la eucaristía. Afortunadamente
saqué 10 en todos los semestres que estudié latín, porque si no, no
podría estar a la altura.

Lo segundo… en la Jornada de ayer domingo, en primera plana está una
imagen de militares haciendo honores a la bandera en la inauguración
de una asamblea de Pro Vida. La foto muestra a los militares, la
bandera, unas monjitas y un gran cuadro de la Virgen de Guadalupe
como fondo. Al inicio me pareció pintoresco, uno de los folclores
más de mi iglesia, pero pensado con más calma…

No sé si la separación Iglesia Estado es buena o no, eso se lo dejo
a los expertos [y según ellos no es buena, porque las relaciones
entre ambas entidades están viento en popa] pero tener militares en
un acto religioso, la verdad no me gusta, me provoca escalofríos
pues mi memoria histórica viaja a las décadas pasadas, donde ver al
ejército junto a los curas juntos no era señal de nada, nada bueno.
Los prefiero separados, cada uno es su espacio, no vaya a ser la de
malas y además de regresar al latín regresemos a los tiempos oscuros
de los generales comulgando antes de mandar torturar.

Ay, Señor, con mi iglesia, la verdad es que no sé que va a pasar, ni
a dónde se dirige ahora la vieja y gastada barca de san Pedro. Ojalá
que encallara de una vez, para podernos bajar e ir a los caminos de
la Galilea de los paganos, como nuestro Buen Maestro, que si se
apartaba de la gente era para hablarles mejor y no para codearse con
los poderosos de su tiempo, ni encerrarse en su capillita, por muy
bella y latinista que esta sea.

Solo el Espíritu de Dios nos puede ayudar en estas horas. Sí, el
mismo Espíritu que unió la naturaleza divina con la humana, de una
vez y para siempre.



J. Álvaro Olvera I.
Comunidad Católica Vino Nuevo

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