jueves, diciembre 18, 2008

No me extraña, pero...


Acabo de leer una nota en el periódico: 66 países miembros de la ONU han solicitado la despenalización universal de la homosexualidad. Sí, si tú pensabas que te iba mal en México, hay varios países donde ser homosexual es un delito o agravante de delito.

Pues la iniciativa, presentada por el ministro de relaciones exteriores de Holanda, Maxime Verhagen y la secretaria de Derechos Humanos de Francia, Rama Yade, quiere terminar con la penosa e inhumana situación de miles de personas homosexuales en el mundo .“En este siglo XXI, dijo Yade, ¿Cómo aceptar que personas sean perseguidas, encarceladas, torturadas y ejecutadas debido a su orientación sexual?”

Y dice bien. Simplemente no es aceptable. Y no es aceptable que varios países árabes y el Vaticano se opongan a esta propuesta.

Ningún Dios, señores míos, ningún credo, ninguna religión puede pretender ser “revelada” cuando se opone a la despenalización de algo tan privado como la orientación sexual. Lo inmoral no es la homosexualidad, lo verdaderamente inmoral es que en el nombre de Dios se opongan al proyecto de despenalización.


No me extraña, pero me avergüenza.

En el nombre de Dios, en el nombre de Jesús, en el nombre de Alá, el misericordioso pido a los representantes religiosos de esos países árabes y al Vaticano, que reconsideren su oposición. La moral, queridos hermanos, no está por encima de la vida.



J. Álvaro Olvera I.

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