miércoles, marzo 26, 2008

Los milagros del silencio



Nos fuimos de retiro estos días santos a la Ermita donde pasamos los días en silencio, meditando y revisando nuestra vida acompañados por la figura de María Magdalena. La experiencia, además de ser un delicioso encuentro con la naturaleza, ha sido de lo más enriquecedora para las quince personas que participaron.

Independientemente de nuestras edades (de 65 a 26 años) de nuestra orientación sexual (homo y hétero) y de nuestro estado civil (casados, en pareja, solteros) el común denominador ha sido la necesidad se sentirnos amados y acogidos por Dios, la liberación de nuestras culpas y la mirada esperanzada a un hoy más pleno.

En medio del silencio y de la compañía de Magdalena, los participantes vivieron el encuentro con alegría, con el dolor que causa mirar nuestras heridas, con la fe en el amor sanador de Dios y con lo chusco de todo encuentro humano.

Oramos, trabajamos haciendo cirios y la comida, reflexionamos, nos abrimos a la acción del Espíritu divino, nos abrazamos, lloramos... salimos más hermanos, más Comunidad, una secreta complicidad nos ha unido y nos ha dado fuerza para provocar en otras personas el deseo y el atrevimiento de ir a pasar unos días a la Ermita.

Al final, los testimonios de la gente me confirmaron en el trabajo. Soy testigo de los milagros del silencio.

José Álvaro Olvera I.

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