viernes, agosto 24, 2007

ORACION AL PADRE BUENO, DIOS DE LOS POBRES Y EXCLUIDOS

ORACION AL PADRE BUENO, DIOS DE LOS POBRES Y EXCLUIDOS


Padre Bueno, Señor de la historia,
Dios de los pobres y excluidos,
escucha nuestra oración , guía nuestros pasos,
ayúdanos a crecer en la fe.

Tu palabra nos muestra, a través de la Biblia,
tu corazón preocupado por la vida de todos,
en especial por lo pobres y olvidados.

En nuestros oídos resuenan
actuales e interpelantes
tus palabras de Éxodo
llamando al compromiso
y señalando tu voluntad de justicia.

Tú eres un Dios que escucha el clamor,
que ve el sufrimiento,
que está atento a la vida del pueblo.

Tú eres un Dios que no soporta la injusticia,
que se rebela ante la opresión,
que no acepta la muerte lenta de la marginación.

Tú eres el dios de los pobres y excluidos,
de los que yacen al costado del camino
y claman a o alto para no perder la esperanza.

Eres el Dios de los profetas,
que señala con voz firme
los abusos de unos pocos
en perjuicio de la vida de muchos.
El Dios que se indigna
con la acumulación de bienes de algunos
frente a la escasez de lo mínimo de tantos.
el Dios de la denuncia
que toma partido por la vida de los pobres,
para lograr la conversión de todos,
y trazar el camino a la salvación y vida nueva.

Tú eres el Dios de María en el Magnificat,
el Dios que cumple sus promesas
y llega para realizar la justicia prometida,
para dar vuelta a las cosas si es preciso,
un Dios sensible a las miserias,
que actúa para cambiar a la sociedad
y sembrar semillas de dignidad y esperanza.

Tú eres el Dios de los pobres,
el que vive en las barriadas
de las grandes ciudades,
el que está presente en las zonas alejadas
del campo y la montaña.

Tu rostro está cercano;
sólo hay que aprender a mirar
con ojos de evangelio
para descubrir tu presencia:
En los rostros cansados
de los trabajadores mal pagados,
en los rostros de los desocupados
que gastan las calles a la espera
de una oportunidad que nunca llega,
en los rostros sin sonrisa de los niños de la calle,
en los rostros in horizonte de los jóvenes
que dejan la escuela,
en los rostros relegados de los ancianos
que no encuentran lugar en esta sociedad para pocos.
(escandalosamente anticristiana)

Padre bueno, Dios de la vida,
¿Por qué cerramos los ojos?
¿Por qué tapamos nuestros oídos?
¿Por qué nos engañamos con ritos y prácticas?
Si lo que tú nos pides es compasión activa,
misericordia sincera, solidaridad efectiva,
¡Cambio del corazón
que sea capaza de cambiar estructuras!

Las palabras del profeta
no han perdido su actualidad incisiva:
¡Misericordia quiero,
y no sacrificios o ritos vacíos!
Amor a los pobres,
compromiso eficaz por la vida de todos.

Tú eres el Dios de los pobres,
tú eres el Dios de la vida.
el Padre bueno que nos invita
a cambiar la historia.

Danos, Padre, el don de la mirada nueva,
Danos el don de la compasión de Jesús,
danos el don de las manos solidarias,
comprometidas por el cambo.

Tú eres el Dios de los pobres
y desde ellos y para todos
queremos compartir contigo
la construcción del Reino, la vida nueva
de la justicia, la paz y la igualdad.

Que así sea...

Marcelo A. Murúa

No hay comentarios.: