Hoy en el pasaje de la transfiguración, nos hace reflexionar en nuestro profetismo, como cristianos, seguidores de Jesús. Y lo primero que hay que hacer, es estar en intimidad con Dios, con Jesús, subir al monte, a nuestro espacio sagrado y escucharlo, dejarnos transformar por su palabra(El Evangelio) para proclamarla en nuestros ambientes, que no es otra cosa que estar a favor de la paz, la justicia, la vida y la buena convivencia, ser profetas de nuestro tiempo, que también tienen sus consecuencias, ya que los profetas muchas veces no son reconocidos, son rechazados por que se habla con la verdad, y puede ser incómodo por afectar intereses personales, el egoísmo. Que no nos gane el sueño del confort, ya que en nuestros ambientes aún existe mucho el rechazo, la discriminación hacia muches de nuestres hermanes, que llega a la violencia verbal, física e incluso hasta el asesinato. Debemos anunciar, que todes somos hijes muy amades de Dios.
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