El gesto es el niño puesto en medio y abrazado por Jesús. El niño no es en Israel sujeto de derechos, no es "importante" ni mucho menos "primero". Al ponerlo en el centro y abrazarlo, Jesús invierte los papeles en cuanto a rango o importancia.
La profundización doctrinal muestra una línea semejante al "a mí me lo hicisteis" de la parábola del juicio final. Se sirve a Dios cuando se sirve al que más lo necesita. Hay aquí un doble aspecto: por un lado, dónde está el servicio de Dios; por otro lado, la revelación de Dios mismo: Dios es el que cuida de los más pequeños.
José Enrique Galarreta
Hay que sentirnos como niño, dejarnos sorprender por la divinidad
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